La historia del smoking es algo desconocida. Todo comenzó en el siglo XIX cuando Eduardo VII (el Príncipe de Gales de entonces) pidió a los sastres de Henry Poole & Co que le diseñaran un traje con el cual pudiera verse elegante y sentirse cómodo al mismo tiempo. Él solía usarlo en sus cenas privadas, por eso en el Reino Unido se le conoce como “dinner jacket”. Gracias a James Potter esta tendencia llegó a Estados Unidos años más tarde, ya que, en una de sus estancias por el Reino Unido, visitó a Eduardo y quedó sorprendido con su nuevo traje. Por esta razón, el príncipe llamó a sus sastres para que le hicieran uno.

Cuando llegó a Estados Unidos, James Potter estrenó el traje para asistir al Tuxedo Park Club. Esta es la razón por la cual los estadounidenses le dan el nombre de “tuxedo” al smoking.

El la época Victoriana y en la Eduardina los tuxedos sólo se utilizaban para ocasiones informales. Era la época en la que el frac se vestía en toda reunión de caballeros que se celebrara después de las seis de la tarde y en la cual estuviera presente una mujer (incluso se usaba para cenar en la propia casa). El tuxedo se popularizo como atuendo de “evening wear”. En los años 40 y 50 se vestía el esmoquin para asistir a fiestas formales, cenas, ir al teatro. Su uso disminuyó en los años 60 y 70 y en los 80 resurgió recuperando parte de su esplendor en determinadas zonas geográficas y en ciertos ambientes elitistas.

En el periodo entreguerras el Duque de Windsor le hizo el primer cambio al darle pequeños detalles a la parte superior, con los que se veía mucho más sofisticado. Además, amplió la paleta de colores, siendo el azul el más común.

En temporada de verano se llevaba un traje blanco, más delgado que permitía soportar un poco el calor. Estilo que también fue imitado por los estadounidenses.

También hizo su estreno en Hollywood en la película Casablanca, desde ese momento ha sido inmortalizado por personajes como James Bond, entre muchos otros, que han hecho de este traje una pieza de la máxima elegancia.

Poco a poco este traje ha sufrido modificaciones, hasta llegar al que conocemos actualmente.

El smoking está formado por varias prendas:

La chaqueta:

Que puede ser cruzada ó de un botón, esta última opción nos obliga a usar fajín. Puede ser de color negro ó azul, ahora está muy de moda. Las solapas de la chaqueta deben ser de pura seda. La textura de la seda puede ser de raso o de gorgorán. El brillo y textura de las solapas debe ser igual al de nuestra pajarita y nuestro fajín.

Los pantalones son del mismo tejido que la chaqueta y siempre llevaran raya.

Chaleco ó fajín:

Podemos elegir chaleco o el fajín, aunque el chaleco, sigue siendo de uso más formal y exquisito. Si optamos por el fajín, éste deberá ser de seda negra raso. La camisa deber ser tipo wing collar y será de puño doble. Debe tener la posibilidad de unirse al pantalón para que siempre permanezca en su sitio.

La pajarita:

Para acertar en la elección de la pajarita debemos tener en cuenta su color, tamaño como textura. La textura y color serán iguales a los que hayamos elegido para las solapas de la chaqueta. Siempre será de seda.

Los zapatos:

Las “opera pumps” siguen siendo el zapato por excelencia. Éstos han cambiado muy poco desde el S. XVIII y son los indicados para este atuendo. El lazo de los zapatos será de gorgorán y de seda. Otra opción son unos zapatos oxford charol, son más cómodos pero no tan elegantes.

Los calcetines:

Deben ser negros.

El pañuelo:

Asomará siempre en paralelo al bolsillo de la chaqueta.