Hay tradiciones que las parejas a punto de casarse, han perdido. Los momentos mágicos parecen estar desterrados por ser antiguos o cursis, pero que las parejas tradicionales aún los conservan y suelen convertirse en momentos inolvidables para aquellos que han tenido el privilegio de ser invitados. Un ejemplo de esto son las tradicionales pedidas de mano.
Consejos para la pedida de mano
Para aquellas parejas que no viven cerca de las familias puede ser el momento de conocerse, para no llegar al día de la boda sin ni siquiera haber visto alguna vez a los familiares más próximos de tu futura mujer o marido. En este post el novio el que tiene que estar atento a nuestros consejos.
Si eres una persona tímida o que no le gusta hablar en público, deberás ensayar. No debemos pensar que es una tontería, ya que nos infundirá confianza en nosotros mismos. Ponte delante de un espejo y mírate a los ojos, observa tus gestos para poder controlarlos y que no queden demasiado exagerados.
Para estos momentos es mejor elegir ropa cómoda, con la que estés habituado, nos es momento de ponerse traje o corbata sobre todos si no lo utilizas a diario. Te recomendamos hablar sentado, ya que si te colocas de pie puedes sentirte más vulnerable y más expuesto a las miradas.
El día de la pedida, no lleves un discurso preparado, por culpa de los nervios se te puede olvidar. ¡Improvisa! Es un momento donde salga tu verdadero yo, donde expliques por qué quieres unirte a tu novia, asique dejemos de lado los guiones y hablemos con el corazón.
Aunque es un momento que será muy importante e irrepetible, tienes que tratar de no alargar demasiado tu discurso. De este modo conseguirás mantener a todos emocionados y pendiente de ti.
Acuérdate que estas explicando a tu familia y futura familia la decisión de contraer matrimonio, por lo que olvídate de chistes o bromas. Dirígete principalmente al padre de la novia sin olvidarte de mirar a la madre, así la harás cómplice del momento.